13 Sep, 2023
El sistema de inteligencia norteamericano creía en 1981 que las acciones del grupo liderado por el genocida Abimael Guzmán no eran tan preocupantes. Además, sostenían que las Fuerzas Armadas no eran capaces de vencer a SL.
Hace un par de semanas se conoció que el Archivo de Seguridad Nacional de los Estados Unidos difundió una serie de documentos desclasificados en el marco del vigésimo aniversario del informe final de la Comisión de la Verdad y la Reconciliación (CVR).
Inicialmente se informó que durante los gobiernos de Alan García (1985-1990) y Alberto Fujimori (1990-2000) se encubrieron a militares que estuvieron involucrados en ejecuciones extrajudiciales. Sin embargo, hay más detalles de cómo vieron desde el extranjero los primeros actos terroristas que sucedieron en el Perú.
En concreto, hay informes de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) que dan cuenta que inicialmente restaron importancia a los atentados que Sendero Luminoso, al mando del fallecido genocida Abimael Guzmán Reinoso, realizó en el país.
El primer documento de la CIA, que resulta muy breve, data de junio de 1981. Allí, señalan que la aparición subversiva de SL no iba a tener la misma magnitud que los actos insurgentes que se dieron en la década de los sesenta.
Incluso, no creían que el entonces mandatario Fernando Belaúnde pudiera tomar alguna decisión que genere un conflicto interno.
“Los incidentes actuales no solo difieren en alcance e intensidad, sino que es poco probable que el presidente Belaunde reaccione exageradamente y desencadene una cadena de acontecimientos similares a los que llevaron a su partida en 1968″, se menciona. No obstante, al año siguiente, la CIA publicó un nuevo articulo en su revista donde se ofrece mayor detalle y precisión sobre los antecedentes, las operaciones y el nivel de amenaza que Sendero representaba.
Además, el servicio de inteligencia norteamericano mencionaba que fuentes de la embajada de su país en Lima informaron que Belaúnde parecía “preocupado de que una campaña antiterrorista del Ejército pueda poner en peligro la imagen favorable de los derechos humanos del Perú” y que también el apoyo público a los terroristas incremente.
Lo mismo ocurre con otro documento del 18 de marzo de 1991, donde se detalla las matanzas que Sendero realizó en el Valle del Mantaro.
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