Discurso

 El Perú en la Época del Terrorismo y los Apagones

Queridos compatriotas,

Hoy, al recordar una de las épocas más difíciles de nuestra historia, no puedo evitar traer a la memoria aquellos días en que estudiábamos con velas, cuando los constantes apagones formaban parte de nuestra vida cotidiana. Eran tiempos de incertidumbre, de miedo y de una profunda crisis que golpeaba todos los aspectos de nuestra existencia.

En aquellos días oscuros, el país era sacudido por el terrorismo, y los ataques a las torres de electricidad por parte de Sendero Luminoso nos dejaban en tinieblas por horas o incluso días. Recuerdo, como muchos de ustedes, cómo la luz de las velas iluminaba nuestras habitaciones mientras intentábamos seguir con nuestras actividades diarias. Estudiar con velas no era fácil, pero para muchos de nosotros, la educación era una de las pocas esperanzas que teníamos en medio de tanto caos.

Los apagones, lejos de ser solo una molestia, representaban el miedo constante de que algo más podría pasar. Sabíamos que la oscuridad no solo traía silencio, sino también la amenaza de ataques o represalias. Y mientras nuestras ciudades quedaban en sombras, las familias se reunían alrededor de esas pequeñas llamas, tratando de mantener la normalidad en medio del desorden.

Pero a pesar de todo, seguimos adelante. A pesar de las largas colas para conseguir gasolina, leche o aceite, a pesar de la escasez de productos y la incertidumbre económica, no dejamos de luchar por un futuro mejor. La hiperinflación que devoraba nuestros sueldos hacía la vida aún más difícil, pero el espíritu de los peruanos se mantuvo firme, resistiendo contra la adversidad.

Y en medio de todo ese caos, apareció Alberto Fujimori, un hombre que pocos conocían. Su llegada fue inesperada, casi como una sorpresa para muchos de nosotros que ya habíamos perdido la confianza en los políticos tradicionales. Fujimori se presentó como una figura de cambio, y para muchos fue la esperanza de salir de la crisis.

Su gobierno trajo consigo medidas duras, pero también resultados en la lucha contra el terrorismo. La captura de Abimael Guzmán marcó un punto de inflexión en la guerra interna. Sin embargo, esas victorias no vinieron sin costo, ya que hubo denuncias graves sobre violaciones a los derechos humanos, lo que nos hace recordar que la paz no puede conseguirse a cualquier precio.

Queridos amigos, los años en que estudiábamos con velas y vivíamos entre apagones nos enseñaron lecciones valiosas. Nos recordaron la importancia de la resistencia, de la unidad y de la perseverancia. Hoy, al mirar hacia el futuro, recordemos siempre esos días oscuros no solo como momentos de dolor, sino también como una demostración del espíritu indomable del pueblo peruano.

Muchas gracias.

por pegaso125