Montesinos regresa sorpresivamente a Perú y agudiza la inestabilidad política

23 oct 2000

 El primer vicepresidente presenta la renuncia y Fujimori se reúne con el Gobierno y las Fuerzas Armadas Vladimiro Montesinos, ex-asesor de inteligencia del presidente Alberto Fujimori, regresó ayer a Perú de la misma manera que lo dejó: por sorpresa. Tras 28 días en Panamá, su vuelta propició la renuncia del primer vicepresidente, Francisco Tudela, la posible del segundo vicepresidente, Ricardo Márquez, y una reunión extraordinaria de Fujimori con su gabinete y las Fuerzas Armadas. La llegada del hombre cuyo poder radica en saber la vida y milagros de la élite política, judicial y empresarial del país andino, que no ha dudado en utilizarlo para chantajearlos, agudizó el clima de incertidumbre e inestabilidad política en Perú, cuando gobierno y oposición están enfrentados por una amnistía a militares acusados de violar derechos humanos.



El regreso de Vladimiro Montesinos lleva a Perú a un callejón sin salida. Las declaraciones de Francisco Tudela pusieron de manifiesto la gravedad de la crisis: «Está ocurriendo algo que es muy malo para Perú y voy a actuar en consecuencia». 

Poco después presentó la renuncia a su cargo y a su escaño. El malestar del vicepresidente era evidente: «No se puede desarrollar una especie de sainete o broma de la cual son víctimas 26 millones de peruanos, por un asilado que va y viene». 

El segundo vicepresidente no descartó dimitir también si Montesinos alienta «algún tipo de presión sobre el Gobierno». Por su parte, el primer ministro, Federico Salas, admitió que su llegada «puede ser un factor de desestabilización», aunque añadió que no «tiene trabas para regresar» porque no hay juicio abierto en su contra. Nueva crisis Fujimori, que enfrenta una nueva crisis de consecuencias impredecibles, convocó a una sesión urgente del Consejo de Ministros, pero dentro del más absoluto mutismo en torno la situación de Montesinos. 

Por su parte la oposición anunció que saldrán a las calles para protestar por la presencia del controvertido personaje. De forma sorpresiva Montesinos, de 54 años, abandonó la madrugada de ayer Panamá, donde había solicitado asilo político. 

Viajó en un avión de la compañía panameña Aerolac que, tras una escala técnica de dos horas en Guayaquil (Ecuador), emprendió rumbo a Lima, donde, al parecer, las autoridades no le permitieron aterrizar y se desvió hasta una base de la Fuerza Aérea en la ciudad de Pisco, a 250 kilómetros al sur. Aeronáutica civil dijo que la nave ingresó en forma irregular en territorio peruano, al no tener autorización. 

El que fuera hombre de confianza de Fujimori, al parecer, estaba anoche en la base de Pisco sin que nadie pueda explicar qué es lo que pretende. Este nuevo movimiento del Rasputín andino tiene que ver con la reticencia de Panamá a concederle el asilo. En cuanto se supo que Montesinos había salido de Panamá, Exteriores se apresuró a comunicar que «se da por concluido el trámite de asilo» al ex-asesor.