Juan Velasco Alvarado y la rivalidad con Chile

 Durante el gobierno de Juan Velasco Alvarado (1968-1975), las relaciones entre Perú y Chile se enmarcaron en un clima de tensión diplomática y militar, debido tanto a rivalidades históricas como al contexto de la Guerra Fría en América Latina. Velasco, impulsado por una visión nacionalista y antiimperialista, promovió políticas radicales de reforma interna y, al mismo tiempo, impulsó la modernización de las fuerzas armadas peruanas, lo cual generó un ambiente de desconfianza mutua con Chile.


Contexto de tensión histórica y la rivalidad con Chile

Las raíces de la tensión entre Perú y Chile se remontan a la Guerra del Pacífico (1879-1884), un conflicto en el que Perú y Bolivia lucharon contra Chile y que resultó en la pérdida de territorios costeros para Perú. Este conflicto dejó una huella en el sentimiento nacional de ambas naciones, y en los años posteriores surgieron tensiones cada vez que los gobiernos abordaban temas de soberanía y defensa. Velasco, con un enfoque nacionalista y de "justicia histórica", buscó fortalecer la posición de Perú frente a Chile en caso de que las tensiones regionales pudieran convertirse en una amenaza directa.

Política de modernización y compra de armamento

Uno de los aspectos más notables de la política de Velasco fue la modernización de las fuerzas armadas peruanas, con un fuerte enfoque en la disuasión ante posibles conflictos. Esta expansión incluyó compras significativas de armamento:

Tanques T-55 y otros equipos de combate: Perú adquirió cientos de tanques T-55 de la Unión Soviética, lo cual representó una de las flotas de tanques más poderosas de América Latina en ese momento. Esta compra de blindados fue vista como un movimiento de defensa y un medio para mantener una presencia militar fuerte en la región.

Aeronaves de combate avanzadas: Velasco compró aviones de combate, incluyendo modelos Sukhoi y MiG, también provenientes de la Unión Soviética. Estos aviones tenían un rendimiento superior al de los que poseía Chile en ese momento, lo que fortaleció la capacidad de Perú en el aire.

Buques de guerra y armamento naval: Perú adquirió también buques de guerra y sistemas de misiles antiaéreos, lo cual mejoró tanto su defensa aérea como su capacidad naval. Estas compras ampliaron la capacidad de Perú para proteger sus costas y su espacio aéreo.

Justificación y objetivos de la expansión militar

Velasco justificó esta acumulación de armas con un enfoque en la soberanía nacional y la defensa de sus reformas internas. La "Revolución Peruana" de Velasco incluía profundas reformas económicas, como la nacionalización de recursos y la reforma agraria, las cuales generaron una fuerte oposición tanto en el ámbito interno como en el contexto internacional. Al fortalecer el poder militar, Velasco buscaba disuadir posibles intervenciones extranjeras y proyectar a Perú como un país soberano e independiente en la región.

Chile, en ese período, estaba bajo el liderazgo de Salvador Allende hasta 1973, cuando Augusto Pinochet asumió el poder a través de un golpe militar. Las diferencias ideológicas entre Velasco y Pinochet, así como el contexto de ambos gobiernos militares, no ayudaron a disminuir las tensiones. Sin embargo, pese a las rivalidades y el aumento de las fuerzas armadas en ambos lados, no se llegó a un conflicto militar directo entre Perú y Chile.

Consecuencias económicas y diplomáticas

La acumulación de armamento bajo el gobierno de Velasco no estuvo exenta de críticas y efectos colaterales. Estas compras representaron un gasto significativo que incrementó la deuda externa de Perú y limitó los recursos disponibles para otros sectores, como la economía y el desarrollo social. Además, las tensiones y el gasto militar causaron preocupaciones entre los países vecinos y en la comunidad internacional, que temían una posible escalada de conflictos en la región.

La situación finalmente no escaló más allá de la tensión militar y diplomática. La caída de Velasco en el "Tacnazo" en 1975 marcó el fin de su gobierno y de sus políticas radicales, ya que su sucesor, Francisco Morales Bermúdez, adoptó una postura menos nacionalista y más pragmática. En adelante, Perú y Chile comenzaron un proceso gradual de distensión, aunque las heridas históricas y el legado de la era de Velasco dejaron una huella en las relaciones entre ambos países durante las décadas siguientes.

Por: pegaso125