24 Abr, 2023
Los caminos de los exmandatarios peruanos vuelven a cruzarse después de más de dos décadas, tras su enfrentamiento en la campaña electoral del 2000, cuando ambos disputaron llegar a Palacio de Gobierno.
Alejandro Toledo y Alberto Fujimori compitieron por la presidencia de la república en el año 2000, en uno de los momentos más difíciles, políticamente hablando, para el Perú.
Aunque muchos tiempo después, los caminos de Alejandro Toledo y Alberto Fujimori vuelven a cruzarse. La última vez que se vieron las caras fue enfrentándose políticamente en las elecciones generales de 2000. Esta vez no disputan la presidencia de la república del Perú como hace veintitrés años, pero sus destinos coinciden ahora en el penal de Barbadillo de Ate, en Lima, donde están privados de su libertad.
Sobre Toledo no pesa aún una sentencia por corrupción, pero sí -según las investigaciones fiscales- graves cargos en su contra, que se resumen al cobro de sobornos por al menos 35 millones de dólares entregados por la constructora Odebrecht.
Las serias imputaciones llevaron a Toledo a que se le imponga una prisión preventiva de 18 meses por el sonado caso Interoceánica, razón por la que fue internado en Barbadillo. Este mismo recinto alberga a Fujimori, quien sí está sentenciado, pero por crímenes de lesa humanidad ocurridos hace más de tres décadas (matanzas de Barrios Altos y La Cantuta).
El penal Barbadillo también alojó antes al expresidente Ollanta Humala, quién también es investigado por presuntos delitos vinculados a corrupción. (Cuarto Poder)
La rivalidad entre ambos expresidentes empezó a fines de los años 90, cuando la figura política de Toledo apareció como una opción que podía no solo competir de tú a tú con Fujimori, sino también contrarrestar ese gobierno de fuertes tintes autoritarios que hostigaba al país.
En ese entonces, Toledo, ya siendo esposo de Eliane Karp, se presentó como un político que venía del mundo andino y rural, que se sentía tan desplazado por otros gobiernos centrales, y con quien podían sentirse identificados.
Los comicios electorales de 2000 los enfrentó en una dura campaña. Toledo se mostró como la cara de la oposición contra Fujimori, quien ya venía con serios cuestionamientos por presunta corrupción y violaciones de derechos humanos, tras 10 largos años de gobierno.
Después de esas imágenes, a las que se llamó “los vladivideos”, aparecieron muchas más que terminaron de ocasionar la renuncia abrupta de Fujimori, tras autoexiliarse en Japón.
Ocho meses después del gobierno de transición de Valentín Panigua, Toledo se convirtió en presidente de la república del Perú, con un aura de ser el líder idóneo de los más olvidados del interior del país. No podía ser de otra manera, pues -según contó él públicamente- fue lustrabotas y canillita de niño.
Otro expresidente
El penal de Barbadillo también tiene en sus instalaciones al expresidente Pedro Castillo, quien cumple -similar a Toledo- una prisión preventiva, pero por delitos vinculados a su fallido golpe de estado del 7 de diciembre de 2022, tras pronunciar un mensaje a la nación que disolvía el Congreso de la República de manera inconstitucional.
Cada uno de los tres exmandatarios tienen un espacio designado en este recinto, por lo que cabe señalar que no podrán verse, pues estarán separados por las paredes divisorias del propio penal.
Por Jordan Arce
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