Este es uno de los cientos de testimonios que existen sobre los cantuteños...
Soy el profesor de carrera, Wilfredo Risco Paico, DNI Nº 07147314, con 46 años de vida, y he vivido dos imborrables acontecimientos de la historia, el primero fue en 1981, cuando cumplí mi servicio militar obligatorio y fui defender a nuestra Patria invadida en el Cenepa por tropas ecuatorianas, de donde retorné después de 8 meses felizmente casi ileso en defensa de mi patria.
En 1985, ingresé a la UNE – La Cantuta, y residí en el internado del Pabellón “B” hasta el año 1990 en que terminé mis estudios, y puedo decir que conocí de cerca a por lo menos 8 de los estudiantes desaparecidos y también al profesor Hugo Muñoz Sánchez, ultimados el 18 de julio de 1992.
Era público que desde 1987, La Cantuta era la tierra de nadie. El comedor de estudiantes estaba gobernado por el “Comité de Lucha de Comensales”, su campus universitario era al anfiteatro del MAP (Movimiento de Artistas Populares) y Socorro Popular; donde ingresaban en dos filas, los artistas senderistas que venían de las universidades UNI, San Marcos, Callao, Huacho.
El comedor de estudiantes era el teatro de las disertaciones políticas a cargo de ideólogos, entre los que recuerdo los apellidos Grillo, Gargurevich (sic), que eran presentados cada 15 días por Gisela Ortiz Perea.
Diariamente era normal observar el ingreso al comedor de los militantes senderistas, marchando en dos filas disciplinadamente y coreando lemas, como “Viva el Partido Marxista Leninista, Maoísta, pensamiento Gonzalo”, aproximadamente a las 12.30 horas.
Entonces por haberlos visto ene veces puedo decir que conocí dentro de este numeroso grupo a los alumnos desaparecidos; aclarando que no comparto su forma cómo los desaparecieron; pero que eran indiscutibles seguidores de “Gonzalo”.
Eran senderistas
Debo decirle al vocal supremo César San Martín Castro, el mismo que en su sentencia de condena al ex presidente Alberto Fujimori, que se equivoca al decir que los estudiantes ultimados en La Cantuta no eran seguidores del Presidente “Gonzalo”.
Todos los estudiantes lo eran, comenzando por Gisela Ortiz Perea; y los fallecidos Juan Gabriel Mariño “Karateka”, Bertila Lozano Torres “Betty”, Dora Oyague Fierro, Robert Teodoro Espinoza “El Ruso”, Marcelino Rosales Cárdenas “Manuelcha”, Felipe Flores Chipana, Luis Enrique Ortiz Perea “Kike”, Armando Amaro Cóndor “Chino”.
En el caso del estudiante Heráclides Pablo Meza, sus apellidos y nombre no viene a mi mente; probablemente corresponda a una promoción posterior cuando yo había egresado en 1990.
Con respecto al profesor Hugo Muñoz Sánchez, debo decir que era esposo de la profesora Nilda Atanacio, de la Facultad de Educación Inicial, quien enseñaba la asignatura de Literatura infantil y es una de las mujeres que aparece en el video de “Zorba El Griego” bailando con ‘Gonzalo’, a la que jamás han capturado y probablemente se encuentra vivita y coleando en Suecia.
El profesor Muñoz profesaba abiertamente la doctrina de ‘Gonzalo’, tanto en el comedor como en las discusiones políticas que tenía con sus colegas del PUM, PCP Unidad, Patria Roja, Vanguardia Revolucionaria y muchos lo escuchamos.
También estuvo a cargo de la Oficina de Bienestar ligada al Comedor de Estudiantes, donde daba las facilidades para que Gisela Ortiz Perea lleve una buena cantidad de víveres (arroz, menestras, aceite, etc.) a los penales de Canto Grande donde estaban recluidos los acusados de terrorismo.
Vengativos
Me da mucha pena cuando veo llorar a la mamá y a la hermana de la estudiante Dora Oyague Fierro y cuando la escucho decir que su hija era inocente. Es una madre que ignoraba lo que hacía su hija. Lo mismo se puede decir de la señora Raída Cóndor, me enaltece su lucha como madre, fue injusta la desaparición de su hijo; pero éste, como los restantes, ha caído defendiendo a los que volaban torres, derribaron puentes y mataban a sangre fría durante los aniquilamientos selectivos.
De lo que no existe duda alguna es que los deudos mencionados, junto con Gisela Ortiz Perea, se han beneficiado económicamente con la muerte de sus seres queridos y yo les pregunto ¿De qué viven ahora? ¿Dónde viven? ¿Quién les manda dinero del exterior, probablemente de Suecia?
Sé que por escribir estas verdades pueda ser objeto de alguna venganza. Pero no tengo temor. Como peruano que me enfrenté a las tropas invasoras ecuatorianas en 1981 y porque en La Cantuta polemicé académica y políticamente con los defensores de las ideas de Guzmán y Polay, no les temo, aunque en esos días por mi desafío me gané la voladura de la puerta de mi cuarto donde vivía en el pabellón “B” con un queso ruso, por no estar de acuerdo con ellos.
Mi opinión: Tanto han mentido los deudos de la cantuta, que ellos saben que hay cientos de testigos que dicen las verdades sobre la militancia senderista de estos estudiantes. Por eso
“Una mentira repetida adecuadamente mil veces se convierte en una verdad.” Joseph Goebbels
Contrarrestando el juramento de Indira Huilca
Fuente: forosperu.net
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