29/03/2021
El papel que cumplió Martín Bustamante, investigado por recibir coimas de OAS y Odebrecht. La traición a Luis Castañeda Lossio. Y la historia del millonario negocio que el hoy candidato presidencial hizo en la gestión del exalcalde de Lima.
Rafael López Aliaga Cazorla, el empresario ferroviario y hotelero que busca dirigir el país, todavía es un personaje por descubrir. El nombre de López Aliaga está ligado a 42 empresas, 2 offshore y más de un centenar de expedientes judiciales. El candidato presidencial de Renovación Popular es un hombre muy desconfiado, pero con un gran olfato para cazar oportunidades. Posee una debilidad por contar medias verdades y está dispuesto a hacer —y gastar— lo que sea con tal de cumplir su sueño: llegar a Palacio de Gobierno.
A estas alturas de la campaña electoral hay una pregunta sin responder: ¿cómo llegó López Aliaga a ser candidato presidencial? El ingreso a la política del dueño del hotel Monasterio del Cusco fue, según fuentes consultadas por EL FOCO, gracias a un hombre hoy en el ostracismo: Martín Bustamante Castro, el otrora brazo derecho del exalcalde Luis Castañeda Lossio, fundador de Solidaridad Nacional (SN). Bustamante está lejos de los reflectores debido a la investigación que el Ministerio Público lleva contra él por ser el intermediario del dinero que las constructoras brasileñas OAS (US$ 500 000) y Odebrecht (US$ 75 000) entregaron a Castañeda para su campaña municipal del 2014.
Fachada del inmueble que, gracias al cambio de zonificación que le dio la gestión de Castañeda, López Aliaga construyó un edificio con 103 departamento. (Foto: Google Maps)
Lo que sí es un hecho es que, desde septiembre del 2019, López Aliaga es el único que manda en el partido. Y lo consiguió gracias a quien, justamente, le debe su ingreso a la política: Martín Bustamante. Era el 2018, Luis Castañeda estaba en su último año de mandato en la Municipalidad de Lima y la salud ya no lo acompañaba. Había sufrido un infarto dos años antes y el cáncer a los huesos que padece cada vez avanzaba más. Desde el 2016 Luna Gálvez ya no estaba en el partido, pues había decidido fundar el suyo propio: Podemos Perú. Allí es cuando Castañeda convence a Bustamante de tomar la secretaria general vacante desde la salida de Luna.
Bustamante aceptó el pedido de Castañeda y los papeles se oficializaron el 5 de febrero del 2018. Cuando concluyó su mandato en la Municipalidad de Lima, Castañeda decidió alejarse de la política y ordenó a Bustamante iniciar un periodo de transición en el partido. Todo iba bien hasta que, el 24 de mayo del 2019, Leo Pinheiro, directivo de OAS, confesó al Equipo de Fiscales Lava Jato que había dado, vía Bustamante, US$ 100 000 a la campaña de Castañeda.
Lo que vino después fue una traición por partida doble de Bustamante contra Castañeda: se acogió a la colaboración eficaz para echar a su exjefe y ofreció la dirección del partido a López Aliaga. La relación del empresario con Castañeda no era buena. López Aliaga había intentado de multiples maneras ser el secretario general de SN, pero Castañeda nunca confió en él. En algún momento López Aliaga, inclusive, le ofreció al exalcalde pagarle una compensación mensualmente de US$ 2 000.
Christian Rosas y Diana Masamoto: ambos muy cercanos a López Aliaga. Rosas y Masamoto fueron piezas claves para que el empresario ferroviario se apropie de Solidaridad Nacional.
Con Castañeda preocupado más en su salud y evitar ir a prisión, el 23 de septiembre 2019 López Aliaga se hizo de SN. Ese día, Bustamante convocó a una reunión del partido, donde participaron menos de cincuenta militantes, para elegir por aclamación a López Aliaga como nuevo secretario general nacional y representante legal del partido. Con el relevo, Bustamante renunció a SN y desapareció de la esfera pública. La noticia de la asunción de López Aliaga disgustó mucho a Castañeda. Al exalcalde de Lima no le quedó de otra que renunciar, el 5 de noviembre, al partido que él mismo había fundado.
Con López Aliaga en el poder, los puestos claves de SN fueron tomados por personas de su estrecha confianza. Diana Masamoto Rivas, la abogada en que el empresario más confía, fue nombrada representante legal alterna. Las elecciones extraordinarias del 2020 fue el evento donde López Aliaga se estrenó como mandamás de SN: él personalmente fue quien armó la lista congresal, y jaló al partido a las fujimoristas Rosa Bartra y Yeni Vilcatoma, y a Juan José Muñico, “Jota Maelo”, integrante del colectivo reaccionario “La Resistencia”.
El estreno de López Aliaga no fue positivo: SN no logró colocar ningún congresista, pues sacó solo 1.5% de votos. El 14 de febrero del 2020, el Poder Judicial dictó contra Castañeda 24 meses de prisión preventiva. La medida duró poco pues fue revocada un mes después luego de que los abogados del exalcalde de Lima demostraran que su salud estaba muy deteriorada.
Una de las pocas fotos que hay de Rafael López Aliaga junto a Martín Bustamante. La imagen es de un evento empresarial del 2009 donde ambos fueron los invitados estelares.
El 11 de agosto, con la pandemia en plena primera ola, Castañeda fue ingresado de emergencia al Hospital Rebagliati.
Se había contagiado de la COVID-19 y, por lo avanzada de su enfermedad, cayó de inmediato en UCI. Mientras Castañeda estaba delicado de salud, López Aliaga cambió el nombre y el logo de SN.
El encargado de llevar adelante ese trabajo fue Christian Rosas, fundador del movimiento conservador “Con mis hijos no te metas” y uno de los consejeros que más escucha el empresario ferroviario.
Toda la refundación de SN en Renovación Popular se hizo en 18 días, el mismo periodo en que Castañeda estuvo en la UCI del Rebagliati. A los cargos de secretario general nacional y representante legal que ya tenía, López Aliaga sumó uno nuevo: presidente del partido. Según el nuevo estatuto de Renovación Popular, cada periodo dirigencial dura cuatro años y hay reelección infinita. Durante tres semanas EL FOCO solicitó una entrevista a López Aliaga para recoger su comentario sobre cómo tomó las riendas de SN, pero el candidato presidencial optó por el silencio.
Enterarse que López Aliaga había decidido enterrar la marca que fundó, empeoró la salud de Castañeda. Desde diciembre el exalcalde de Lima está postrado en una cama y todos los días recibe altas dosis de morfina para aguantar el dolor que padece. Está consciente un par de horas al día y solo recibe las visitas que sus dos hijos autorizan. Quienes han visto a Castañeda cuentan que, en sus escasos momentos de lucidez, el fundador de SN pregunta siempre si ya lograron recuperar su partido.
Fuente: https://elfoco.pe
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