05 May, 2020
Los acuerdos políticos, las ventajas para cada país, el espionaje durante el conflicto y las alertas que avisaban a la ingleses sobre el despegue de nuestros aviones para atacar a la flota.
Matthei dijo: “Más que una alianza se trató de una oportunidad, pues el enemigo de mi enemigo es mi amigo. El apoyo se extendió durante toda la guerra. Nosotros quedamos con el avión de reconocimiento electrónico, con los radares, los misiles y los aviones. Ellos (los ingleses) recibieron a tiempo la información y todos quedamos conformes”.
Mientras el acuerdo se instrumentó, el secretario británico de Asuntos Exteriores, Francis Pym, y la primer ministro Margaret Thatcher, expresaron: “Los británicos no satisfacemos a dictadores. La Argentina sistemáticamente desprecia los derechos humanos. Somos los británicos quienes sostenemos la democracia“.
¿Desconocían ellos el Plan Cóndor, una internacional del terror para eliminar disidentes en ambos países?
* El uso de la base aérea chilena de Punta Arenas para los aviones y acciones de inteligencia y espionaje de la RAF, que utilizó colores y distintivos chilenos en sus máquinas, cosa prohibida por los usos y leyes de la guerra.
* Intercambio de Información e Inteligencia, incluyendo el monitoreo y desencriptado de códigos y señales argentinos, que les proporcionó el servicio de inteligencia de la Armada chilena.
* El uso de la base de Punta Arenas y de otras áreas para infiltrar fuerzas especiales (Special Air Service y Special Boat Service) dentro de nuestro país, con fines de inteligencia.
La primera parte del pacto consistió en el envío de 6 bombarderos Canberra desde Inglaterra, vía Belice, donde se les pintó con los colores de la Fuerza Aérea de Chile (FACH). Desde allí se dirigieron, ilegalmente, a Punta Arenas. El Canberra-PR9 tiene una buena autonomía y puede volar a 20.000 metros de altura. También envió un avión Moondrop, transformado para tareas de guerra electrónica.
Los aviones espías británicos, disfrazados de chilenos, operaban piloteados por ingleses, pero con observadores de la FACH a bordo. El citado capitán Edwards disponía de un equipo satelital para comunicarse con la Real Armada Británica, en el Comando Central de Northwood, cerca de Londres, que centralizaba la información y la enviaba a la Task Force en el Atlántico Sur.
Las salidas de nuestros aviones de combate del continente -Río Gallegos, Río Grande y San Julián- hacia Malvinas eran conocidas de inmediato por los británicos, que disponían de una “alerta temprana” para protegerse, prevenirse y atacarlos.
La segunda fase del acuerdo permitió la instalación de la base de las fuerzas especiales (SBS y SAS) en territorio chileno. Antes de concretarlo, la señora Thatcher se asesoró al respecto y recibió como respuesta que una acción en nuestro territorio sería legal según el artículo 51 de la Carta de las Naciones Unidas, pero debía tratarse de una acción sobre “objetivos (blancos) muy específicos”. No se concretaron.
Thatcher en una visita a Pinochet durante su arresto domiciliario en Virginia Water (Herself Alone)
¿Qué obtuvo Chile? Un dispuesto y efectivo aliado, y además:
* Seis aviones de bombardeo Camberra.
* Un escuadrón de aviones de cazabombardeo Hawker de la RAF, entregados antes de la iniciación de la guerra.
* El crucero Glamorgan de la Royal Navy.
* La derogación de las restricciones británicas a la venta de armamento a Chile, la provisión de uranio enriquecido y la oferta de un reactor nuclear inglés tipo Magnox.
* El apoyo político y diplomático para neutralizar las investigaciones realizadas por las Naciones Unidas, en relación a la violación de los derechos humanos por el régimen chileno.
Comparto lo que el periodista Oscar R. Cardozo expresó en el diario Clarín el 25 de mayo de 2002: “Los gobiernos sucesivos que la Argentina tuvo desde entonces (1982) echaron en la bolsa del secreto todas esas pruebas, con la excusa de no producir un deterioro en la relación con el vecino país”.
Aprecio que los lazos de amistad con el pueblo chileno jamás se vieron afectados por decisiones del gobierno militar presidido por Pinochet. Por el contrario, se consolidan con la verdad histórica expresada con respeto y sinceridad.
*Ex Jefe del Ejército Argentino. Veterano de la Guerra de Malvinas y ex Embajador en Colombia y Costa Rica.
Por: Martín Balza
Fuente: infobae
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