26 de junio de 2001
Vladimiro Montesinos era uno de esos hombres que se pasan la mitad de su vida violando las leyes, las confianzas, las lealtades. Y, como empedernido infractor, empleó sus días contrariando el mandamiento cristiano que ordena vivir en monogamia.
Durante los años en que se mantuvo en el poder, Vladimiro se creó, a la par de un círculo de solícitos mafiosos, otro entorno, rosa. No contento con su matrimonio de años con la profesora Trinidad Becerra, disponía de un amplio grupo de amigas.
Las mujeres lo seducían tanto como los trajes y los relojes.
Cada una de ellas cumplía su respectivo papel. Jackeline Beltrán, Emma Aurora Mejía y sus mucamas eran sus compañeras de alcoba.
Mientras que la animadora Laura Bozzo, Matilde Pinchi y Blanca Nélida Colán tenían el compromiso de ayudarlo a engordar la billetera.
Cada una de ellas cumplía su respectivo papel. Jackeline Beltrán, Emma Aurora Mejía y sus mucamas eran sus compañeras de alcoba.
Mientras que la animadora Laura Bozzo, Matilde Pinchi y Blanca Nélida Colán tenían el compromiso de ayudarlo a engordar la billetera.
Jackeline Beltrán
No parecían pelear entre sí, todas recibían premio por la abnegación. Así fue como la presentadora de televisión Laura Bozzo desmentía en la prensa la posesión de un collar de diamantes de 200 mil dólares regalado por Montesinos. Eran los tiempos de la reelección y Bozzo no escatimaba elogios al fujimorismo en su programa.
La relación era oscura, aunque la entrenada conductora de talk-shows siempre negó cualquier cosa que no fuera una mutua admiración. "No me avergüenzo de decirlo: para mí el doctor Montesinos es el hombre más inteligente de Perú", decía Bozzo.
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