En 1990 cuando Fujimori asumió la presidencia, decidió que los pilares de su
gobierno serían, primero la reinserción económica y financiera internacional y
segundo, utilizaría una estrategia contra subversiva en cada campo, no sólo en lo
militar. Pero su principal arma sería el uso del servicio de inteligencia para llegar a los
líderes de Sendero Luminoso a través de los esfuerzos combinados de DINCOTE y
SIN (SERVICIO de INTELIGENCIA NACIONAL).
“El cambio ideológico universal, con la caída del comunismo marxista y la
desaparición de la Unión Soviética en 1991, ayudaron en la lucha contra el terrorismo,
sumado el golpe de Fujimori en 1992 donde disuelve el Parlamento, declara en
reorganización el Poder Judicial, clausura el Tribunal de Garantías Constitucionales,
declara en reestructuración la Contraloría General de la República y proclama el
nacimiento del “Gobierno de Emergencia y Reconstrucción Nacional.”
Los militares buscaron mejorar su relación con la población, más acción cívica,
protección de los poblados atacados por Sendero y la creación de organismos de
Defensa Civil. Esto no sólo le crearía serios problemas tácticos a Sendero, sino que
además se convirtió en una gran fuente de inteligencia. El problema para el Estado
peruano se localizó en las ciudades, sobre todo en Lima.
El trabajo en equipo y el uso de un buen servicio de inteligencia llevó a la
captura de Abimael Guzmán el 12 de septiembre de 1992. Hasta entonces, la
DINCOTE había atacado exitosamente el Comité Metropolitano, uno de los elementos
más importantes de Sendero y capturado a muchos líderes y cuadros políticos del
movimiento. El problema residía en que los senderistas eran liberados por la justicia
civil por falta de pruebas. Esta situación terminó en abril de 1992 después del autogolpe de Fujimori, cuando los juicios fueron conducidos en secreto tanto por jueces
civiles como militares. DINCOTE se convirtió en un aparato de seguridad y la
excelencia de su trabajo fue reconocida en el Perú y en el exterior.
El uso de una buena inteligencia y no de una estrategia de represión
indiscriminada, llevó a la captura de Guzmán y a la crisis de Sendero. Esa fue la forma
de enfrentar a un grupo que incluso ahora está tratando de reorganizarse en los
niveles estratégicos y tácticos. Un grupo que no sólo ha disminuido cuantitativa y
cualitativamente sus acciones, sino que también ha sufrido una serie de reveses de
nivel estratégico después de la captura de su líder.
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