Lima, 6 de mayo de 2017
Recordamos la figura de Augusto B. Leguía, el primer gobernante del Perú; en padecer cárcel y morir en ella
Leguía gobernó al Perú en dos periodos. El más largo duró once años tras hacerse reelegir dos veces. Fue derrocado por Luis Sánchez Cerro, acusado de traidor y vendepatria.
Una turba atacó la casa de la familia de la esposa de Leguía en la calle Pando (Carabaya) y se llevaron desde el menaje hasta documentos secretos. CREDITOS: FUENTE: REPOSITORIO PUCP
La cama del hospital naval del Callao donde Leguía fue operado de la próstata y por neumonía. Los condiciones de su encierro agravaron su mal y falleció. CREDITOS: FUENTE: REPOSITORIO PUCP (www.repositorio.pucp.edu.pe)
Una celda del Panóptico, la penitenciaría donde fue recluido. La de Leguía no tenía acceso a luz natural pues la ventana estaba tapiada. Medía 9 metros cuadrados. CREDITOS: FUENTE: REPOSITORIO PUCP
Con el fantasma del indulto a Fujimori rondando en los pasillos del gobierno y la posibilidad de tener a ms ex mandatarios presos- conviene recordar la figura de Augusto B. Legua, el primer presidente en padecer prisión y el único que ha terminado sus días ahí. Porque en los casi 200 años de historia del Perú republicano, varios presidentes han sido derrocados, secuestrados, deportados en pijama y hasta asesinados en actos públicos, pero que hayan cumplido prisión regular solo se conoce a dos: Augusto Bernardino Legua y Alberto Fujimori.
Los historiadores encuentran algunas semejanzas entre ellos hay un paralelismo innegable, si se atiende a los hechos y también diferencias radicales en sus formas de gobernar y los frutos de sus regímenes. Sus encierros hasta ahora desatan pasiones. En el caso de Legua, la polémica persiste pese a haber fallecido hace 85 años en un hospital del Callao luego de haber sufrido cárcel en la Penitenciara de Lima o Panóptico (en lo que hoy es el Centro Cívico).
Ambas figuras tienen un parecido. Entraron con apoyo popular, gobernaron con mano dura, buscaron reelegirse en ms de una oportunidad y cayeron luego de una segunda reelección. Si Legua no hubiera ido a esa reelección, habrá salido pobre de Palacio, pero no preso, afirma la historiadora Mara Delfina Álvarez Calderón, autora de El saqueo olvidado: asalto a la casa de Augusto B. Legua. La diferencia, dice la estudiosa, es que Legua no mando matar aunque deporto a varios, como Víctor Raúl Haya de la Torre y José Carlos Mariátegui, mientras que Fujimori cumple condena por crímenes de lesa humanidad, ratificada en todas las instancias. Uno esta en una cárcel dorada, mientras que el otro fue tratado de forma inhumana.
La coyuntura invita a revisar la ola que se genera en torno al alguna vez llamado Júpiter Presidente, Gigante del Pacífico o Wiracocha, cada vez que el fujimorismo se alza a favor de un indulto humanitario para su líder (que últimamente viene seguido de un sospechoso guio del oficialismo como parte de un posible cálculo político). Es de notar, además, la indita circunstancia histórica actual de tener a un ex presidente sentenciado y preso, uno con orden de captura (Alejandro Toledo) y otro cuyo futuro legal luce negro, como es el caso de Ollanta Humala.
Acaso los peruanos podrán tener a tres ex gobernantes cumpliendo condena?
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