V. POLITICA INTERNACIONAL
EL DIARIO: Presidente, hablemos ahora de política internacional, siendo vuestra meta el comunismo, ¿cómo ve las condiciones para la revolución mundial, y qué problemas deben resolver los comunistas?.
PRESIDENTE GONZALO: Partimos de que la revolución es la tendencia principal y sigue siendo así, lo que el Presidente Mao afirmó sigue desarrollándose. Consideramos que después de la II Guerra Mundial no ha habido estabilidad, ni relativa siquiera, todo el mundo ha sido removido por grandes tormentas revolucionarias; en oleadas, de acuerdo, así es, porque no podría ser de otra manera.
Consideramos que existen tres contradicciones fundamentales en esta situación de perspectiva en que nos estamos desenvolviendo: primera y principal contradicción, entre naciones oprimidas, por un lado, y superpotencias imperialistas y potencias imperialistas, por otro lado, -aunque sea redundancia, preferimos enumerarlas de esa manera para que quede claro-; tal contradicción se resuelve mediante la revolución democrática a través de la guerra popular. Una segunda contradicción fundamental es proletariado-burguesía, ésta se resuelve a través de revoluciones socialistas y revoluciones culturales proletarias, también mediante la guerra popular, reitero, considerando el tipo de revolución y las condiciones específicas de cada país. Una tercera contradicción es la interimperialista, entre las superpotencias, entre las superpotencias y potencias imperialistas, y entre las propias potencias imperialistas; esas
contradicciones entre ellos, se resuelven a través de agresiones, de guerras imperialistas, y tienden a definir la hegemonía de dominio sobre el mundo a través de una III Guerra Mundial.
Las ponemos en ese orden ¿por qué?, porque consideramos que en ese orden es su importancia; nosotros insistimos en que la contradicción naciones oprimidas, por un lado, y, por el otro, superpotencias imperialistas y potencias imperialistas es la principal y de gran trascendencia para la revolución mundial; tiene que ver, a nuestro juicio, con el peso de la masa en la historia, es evidente que la inmensa mayoría de las masas que pueblan la Tierra viven en las naciomes oprimidas; es evidente, también, que éstas crecen cuatro veces más rápidamente de lo que crecen las poblaciones que viven en países imperialistas.
Si aplicamos el principio de las masas hacen la historia, si tenemos en cuenta que la II Guerra Mundial ha puesto a las masas de pie políticamente (cómo, incluso, reconocen hasta asesores reaccionarios de los EE.UU.), pensamos que la contradicción interimperialista al generar una guerra mundial, ésta sería una nueva guerra interimperialista por la hegemonía mundial y repartirse la Tierra; en consecuencia, es por repartirse el botín y el botín son las naciones oprimidas y por tanto, tendrían que pasar a ocupar para dominarnos, y así nuevamente vuelve a ser principal la contradicción naciones oprimidas, de un lado, y superpotencias imperialistas y potencias imperialistas, del otro.
Creemos firmemente en esto y no es por un chauvinismo de ser pertenecientes, como dicen algunos, a países o naciones oprimidas, no es eso; ésa es la tendencia que se ve en la historia y ése es el peso de la masa en la historia y es que los hechos, además, vienen demostrando que donde se está hundiendo y socavando más y más el imperialismo es en la lucha que se libra en las naciones oprimidas; son hechos irrebatibles, por lo tanto, consideramos que esa contradicción principal es de gran trascendencia y va a definir el barrimiento del imperialismo y de la reacción de la faz de la Tierra, siempre y cuando se ponga como mando y guía de la revolución mundial el marxismo-leninismo-maoísmo, que se desarrollen partidos comunistas sobre esa ideología y que se asuma la guerra popular, una vez más, según el tipo de revolución y las condiciones específicas.
En este sentido pensamos la gran importancia de la contradicción principal que planteamos. Hay quienes no creen así y piensan que en el fondo no creemos en la revolución en los países imperialistas; creemos que estas revoluciones son una necesidad histórica y que el desarrollo de la contradicción principal les da condiciones mejores, y que hasta una guerra mundial dará mejores condiciones para que hagan la revolución y se hará porque es una necesidad; al fin y al cabo, tienen que confluir las dos grandes fuerzas, las dos grandes revoluciones: la revolución democrática y la revolución socialista para que triunfe la revolución en el mundo, sino no se podría barrer al imperialismo ni a la reacción de todo el globo. Eso es lo que pensamos.
Para nosotros, se nos plantea, cuál es el punto clave: es el marxismo-leninismo-maoísmo porque el problema es tener una línea ideológica y política justas y correctas, y no puede haber línea política justa y correcta si no hay justa y correcta ideología; por eso creemos que la clave de todo es la ideología: el marxismo-leninismo-maoísmo, principalmente el maoísmo.
En segundo lugar: desarrollar partidos comunistas, ¿por qué?, porque las masas están sedientas de revolución, las masas están expeditas y claman revolución; así que el problema no está en ellas, el proletariado clama revolución, las naciones oprimidas, los pueblos del mundo claman revolución, entonces necesitamos desarrollar partidos comunistas, el resto, reitero, lo hacen las masas que son la que hacen la historia y van a barrer al imperialismo y a la reacción mundial con guerra popular.
EL DIARIO: ¿Qué papel está jugando el imperialismo norteamericano en el mundo? ¿qué opina de la "guerra de las galaxias"? ¿qué de los llamados planes de desarme entre USA-URSS y otros países europeos?
PRESIDENTE GONZALO: En síntesis, el imperialismo norteamericano después de la II Guerra Mundial insurgió como gendarme de la reacción en el mundo, pero después ha entrado en contienda por la hegemonía mundial con el socialimperialismo, así ambos son quienes elaboran grandes planes en pro de su hegemonía. A eso está ligado el problema de la "guerra de las galaxias", o en otras palabras "la iniciativa de defensa estratégica" que es su nombre oficial.
El gobierno norteamericano y particularmente con Reagan, ha comenzado a elaborar grandes planes estratégicos que abarcan decenios del próximo siglo; o sea, están pensando en su supervivencia y en cómo mantener su hegemonía y derrotar al socialimperialismo; dentro de esto, la "guerra de las galaxias", no es sino un plan que pretende tender un escudo que impida llegar a sus ciudades cohetes con cargas atómicas y a su vez les permita protegerse si descargan ataque atómico contra el socialimperialismo. Pero éstos son planes y deseos, porque frente a un plan hay otro; no hace mucho los soviéticos respondieron que habían formas de superar el supuesto escudo y que de esa manera no habría, en consecuencia, la supuesta invulnerabilidad de EE.UU.
En cuanto a la cuestión de los planes de desarme entre las superpotencias, Estados Unidos y la Unión Soviética, debemos partir de lo que el marxismo enseña y también nuestro propio fundador: cuanto más hablan de paz, más se preparan para la guerra. Mucha palabrería, mucha demagogia embaucadora se está haciendo en torno a los planes de desarme que han firmado para la retirada de cohetes en Europa, de cohetes de alcance intermedio; porque lo que se desarma es el cohete, o sea el vehículo, pero se mantiene la carga para usarla cada quien según le convenga. Esa es la esencia de la farsa.
Las potencias europeas, obviamente, se encuadran dentro del marco de ambas superpotencias y quisieran impedir que la guerra se libre en Europa de darse una guerra mundial; eso es lo que quisieran, porque en el fondo sus afanes son, así como los del Japón, que se pelearan dos tigres para luego uno de ellos insurgir como gran potencia, como el dominante supremo, eso sueña Japón, Alemania Federal, etc., son sus sueños. Pero una guerra mundial también se
libraría en Europa y las dos superpotencias saben bien de estos afanes; así el problema lleva a contradicciones entre las potencias y las superpotencias que se desenvuelven, no puede ser de otra manera, en complejas colusiones y pugnas. Es evidente, también, como las potencias bregan por plasmar sus sueños: Japón con su dominio sobre Asia y América del Sur, Europa con el suyo sobre Africa y América Latina; y su acción no sólo en esas regiones, de ahí sus ajetreos y sus intermediaciones, de ahí sus políticas propias y discordantes en cuanto defienden sus propios intereses.
Creemos que todo esto son debates demagógicos que solamente tienden a encubrir grandes planes para contender por la hegemonía mundial; eso es lo que creemos, porque el imperialismo no dejará de serlo hasta que lo barramos, su esencia es explotar y oprimir, reducir a las naciones a la condición de semicolonias y de ser posible colonias; y, de paso, es tiempo ya que volvamos a usar estos términos, son términos científicamente establecidos por Lenin.
Pero la cuestión es que frente a estos planes lo principal no es simplemente desenmascararlos, sino prepararse contra ellos y no hay sino una forma de hacerlo, prepararse mediante la guerra popular; el Presidente Mao nos decía: hay que prepararse y prepararse desde ahora contra una guerra imperialista y principalmente contra una guerra atómica; cómo les vamos a responder, pues, sólo con guerra popular, de otra manera no, eso es lo principal. Desenmascararlos es parte de hacer una campaña de propaganda que muestre ante el mundo sus siniestros y macabros planes de genocidio mayúsculo, pero eso nunca detiene una guerra, claramente lo dijo Stalin; esas campañas nunca paran una guerra, así lo único que cabría, si queremos impedir una guerra, es desarrollar la revolución. Como enseñó el Presidente: o la revolución impide la guerra mundial o ésta atiza la revolución. Esa es creo la situación que podríamos plantear.
EL DIARIO: Presidente, ¿qué piensa usted del Estado Soviético? últimamente se habla mucho de la Perestroika ¿cómo ve usted este problema?, ¿qué opina de los ataques a Stalin?
PRESIDENTE GONZALO: La Perestroika últimamente es un tema llevado y traído. La Perestroika hasta donde he podido ver, porque creo que hay que estudiarlo con detenimiento y ver toda la podre revisionista que encierra, es parte de esa nueva ofensiva del revisionismo contemporáneo que los comunistas enfrentamos. Gorbachov es un revisionista de cabo a rabo, de la cabeza a los pies. El plantea que un hecho histórico de transcendencia en la URSS fue el XX Congreso del PCUS, ese nefasto Congreso en el cual se atacó a la dictadura del proletariado tras el pretexto de combatir a Stalin; él admira a Jruschov, lo pinta como un gran hombre, audaz, decidido, cuyo problema, dice, estuvo en que cayó en subjetivismo, no elaboró planes correctos sino planes excesivos, inaplicables y fracasaron. Jruschov es maestro de Gorbachov y éste saca lecciones de aquél, así como también las ha sacado de su otro maestro Brezhnev, aunque él quiera distanciarse.
De la Perestroika hay que sacar una cuestión central; el mismo Gorbachov dice: de muchas maneras puede definirse a la Perestroika, pero si elegimos "la clave que exprese su esencia más exactamente, entonces podemos decir así: perestroika es una revolución", pero hay
quienes no quieren verla de esa manera. Hay que prestar suma atención a esto, no es una revolución es más bien un desarrollo de la contrarrevolución, es un desenvolvimiento de la restauración del capitalismo más desenfrenado para barrer lo poco que quede y que pueda servir a la clase y al pueblo para combatir el socialimperialismo. El dice: es una revolución porque se plantea una aceleración en el plano económico-social, cambio radical y una marcha a un nuevo tipo de Estado; ¿cuál sería ese nuevo tipo de Estado? , un Estado más descaradamente burgués, estructurado de una nueva modalidad que aún no atinan a precisar porque no la han precisado ni siquiera en su última Conferencia. Tiene toda esta desvergüenza; por eso es conveniente llamar la atención sobre ese término pues por lo general se dice "perestroika es una reestructuración" y punto; pero Gorbachov dice que el término que perfectamente le corresponde es "revolución", y eso es una irrisión, un sarcasmo, una burla inaudita.
¿Qué otra cosa nos plantea este individuo?. Está desarrollando posiciones de Jruschov. Escojamos el problema de la guerra. El dice que una guerra mundial lleva a la desaparición de la humanidad; en sus propias palabras: "en esa guerra no habrá ni vencedores ni vencidos. Es que no habrá sobrevivientes", "si estalla una guerra nuclear toda cosa viviente será borrada de la faz de la Tierra" y "en un conflicto nuclear global no habrá ni ganadores ni perdedores: la civilización del mundo perecerá inevitablemente". Pero ¿qué agrega?, permítanme leer: "La política debe basarse en realidades. Y hoy, la más formidable realidad mundial son los vastos arsenales militares, tanto convencionales como nucleares, de los Estados Unidos y de la Unión Soviética. Eso otorga una responsabilidad especial a nuestros dos países frente a todo el mundo". ¿Qué es esto? descaradamente nos está diciendo que su poderío se basa en el poder bélico y lo enarbola junto al poder bélico del imperialismo yanqui vociferando que son la gran realidad de la Tierra. En consecuencia, de ellos dependemos; eso es lo que plantea, la más descarada y desenfrenada política de superpotencias que hemos visto. Pero no sólo una guerra atómica pone en riesgo a la humanidad, sino que, según él, también una guerra convencional, dados los instrumentos mortíferos y sofisticados que hoy existen puede cumplir igual fin. Así Gorbachov pretende imponernos la más monstruosa política del sometimiento, frente a la cual enarbolamos más aún "La rebelión se justifica" del Presidente Mao Tsetung.
Sus elucubraciones revisionistas llevan al jerarca ruso a plantear "un nuevo pensamiento", ¡ojo!; un "nuevo pensamiento" que "tenga en cuenta, por encima de las ideologías y las diferencias, el interés supremo de la humanidad"; ¿dónde quedó el recuerdo formal del criterio de clase? ¿no es una reedición al más alto nivel de lo que predicó Jruschov?, evidentemente. Y parte sustantiva de ese "pensamiento" es que la guerra ya no es la continuación de la política por medios bélicos; en sus propios términos: "el aforismo de Clausewitz, de que 'la guerra es una continuación de la política, sólo que con diferentes medios', que fue clásico en su tiempo, resulta ahora cada vez más desesperadamente anticuado. Está destinado a las bibliotecas". Pero ésta es tesis sostenida por Lenin y reiterada por el Presidente Mao en este siglo y es clave en la teoría militar del proletariado, y a ella nos atenemos en la guerra popular. Así, Gorbachov choca abiertamente con Lenin, como chocó Jruschov; y las llamadas "nuevas condiciones" que llevan a revisar principios del marxismo es un antiguo cuento que viene desde el viejo revisionismo; y que no le sirva de consuelo a este nuevo gonfalón revisionista el que según dice: "menos mal tanto en el Oeste como en el Este surgen nuevos pensamientos, nuevos hombres que ya están viendo cómo pueden ponerse de acuedo porque lo único que cabe es la cooperación"; la colusión, decimos nosotros, entre las
dos superpotencias mientras no haya condiciones para lidiar en una tercera guerra mundial si no los barremos antes. Ese es el fondo; y, creo que es necesario destacar bastante como Gorbachov siniestramente yendo contra Lenin tiene la artería desvergonzada de llamarse "seguidor de Lenin", que está aplicando "una vuelta a Lenin" y "haber aprendido mucho de Lenin", pues es lo que nos dice y creo que son cosas muy corrosivas.
Por otro lado, luego de plantear "basar la política internacional en normas morales y éticas comunes a todo el género humano", Gorbachov dice: "¿Qué ocurrirá con el complejo industrial-militar?, preguntan... para empezar, cada trabajo en el complejo industrial-militar cuesta dos o tres veces más que en una industria civil. En su lugar se podrían crear tres puestos de trabajo. En segundo lugar, los sectores actuales de la economía militar están conectados con la economía civil y hacen mucho por esta última. Este es un punto de partida para utilizar sus posibilidades con propósitos pacíficos. En tercer término, la Unión Soviética y los Estados Unidos podrían realizar extensos programas conjuntos, combinando recursos y potenciales científicos e intelectuales para resolver los más diversos problemas en beneficio de la humanidad". Así replica como Jruschov y va contra cómo concibió Lenin el imperialismo y el proceso económico; aquí también es anti-leninista, lo es en todo, como se ve en sus criterios, similares a los de Teng, de separar partido de Estado o impulsar el crecimiento económico más y más al servicio de la burguesía y del imperialismo.
Asimismo, como los demás imperialistas, el socialimperialista Gorbachov plantea combatir el llamado terrorismo, y se compromete a hacerlo y a usar las Naciones Unidas también para este objetivo.
Merece, creo, finalmente decir algo sobre cómo ve América Latina y Nicaragua en particular; que en Nicaragua una dictadura, la de Somoza, fue derrocada por una revolución popular, ratifica entonces los criterios que han guiado y guían el proceso nicaragüense, esto es sumamente expresivo. Y de América Latina que los soviéticos no tienen interés en perturbar el dominio, o como dicen, las relaciones entre Estados Unidos y América Latina, esto nos atañe directamente.
¿Qué quieren los socialimperialistas de la URSS? Están en una etapa de ver cómo resolver problemas urgentes, en un momento de colusión como principal y por ello buscan contener o desaguar puntos conflictivos a fin de abocarse a desarrollar sus sistemas económicos, mientras siguen preparando sus grandes planes para contender por la hegemonía mundial. La colusión es transitoria, la pugna como la lucha, es lo absoluto.
En conclusión, la perestroika es un siniestro plan de continuación del revisionismo contemporáneo que Jruschov iniciara, es una nueva ofensiva contrarrevolucionaria del revisionismo.
En cuanto al ataque a Stalin Jruschov lo hizo, Gorbachov también pero yendo más a fondo y rehabilitando a quienes Stalin condenara. Una de las cosas que debe hacer pensar bastante es la rehabilitación de Bujarín, así como la de otros, y hasta reconocida su condición de militante; habría que preguntarse ¿quién falta? Trotsky, ya no falta sino ése. El ataque a Stalin sigue siendo lo mismo, es utilizarlo como pretexto para profundizar la restauración del capitalismo, desarrollar sus planes políticos y barrer, pues, con todo lo que quede y pudiera servir a que el pueblo vuelva a hacer la revolución, ese es su sueño, pero no será sino un simple sueño.
Del camarada Stalin mucho se habla y se le ataca pero es lamentable que otros también lo hagan, imputándole multitud de errores y denigrándolo. Creemos que el camarada Stalin es un gran marxista-leninista. Lo que el Presidente Mao dijera de él es correcto, erró en un 30 por ciento y la raíz de ese error estuvo en sus limitaciones del manejo de la dialéctica; pero nadie puede negar su condición de gran marxista. Los ataques de Gorbachov y sus secuaces a Stalin deben hacer pensar, pues, a otros que diciéndose comunistas también atacan y denigran al camarada Stalin; deben pensar bien en esas coincidencias, no son simples ataques.
EL DIARIO: ¿Cómo enjuicia a la actual dirección en China? ¿Estarán en el campo de la contrarrevolución?. ¿Cuál será la salida del pueblo chino?
PRESIDENTE GONZALO: La actual dirección de China es una dirección revisionista y dirigida realmente por un siniestro personaje, un viejo y podrido revisionista, Teng Siao Ping; éste fue claramente desenmascarado en la Gran Revolución Cultural Proletaria y ante el mundo quedó como lo que fue y sigue siendo, un redomado revisionista, el segundón de Liu Shao Chi. Es Teng quien está llevando a China, la que fue socialista, a una acelerada y desenfrenada restauración del capitalismo; y es pertinente advertir, incluso, que cuestiones planteandas por Gorbachov las planteó Teng antes, según sus condiciones.
¿En qué campos están?
China actúa como potencia, ésa es la política que desarrolla, coludida y pugnando con potencias y superpotencias. Su sueño, ser superpotencia en el próximo siglo; ése es su sueño. La salida, en éste como en otros casos, la revolución, la guerra popular. Recordemos que el Presidente Mao, en la parte final de su luminosa vida, planteó a la camarada Chiang Ching que ella podría llevar la bandera de la revolucion y alcanzar la cumbre, señalándole: si no lo logras te despeñarás, tu cuerpo se destrozará, tus huesos se quebrantarán, entonces habrá que hacer una vez más la guerra de guerrillas; él nos dio la solución. Es parte de un poema, no recuerdo bien el texto, pero esas son las ideas. Ahí lo central es habrá que hacer nuevamente la guerra de guerrillas, la guerra popular.
EL DIARIO: Presidente ¿considera que hay países socialistas en la actualidad?
PRESIDENTE GONZALO: Simplemente no, no creo. Hay quienes creen, por ejemplo, que Albania lo es. Yo les diría, a quienes creen que Albania es socialista, que estudien bien por ejemplo el VIII Congreso del Partido del Trabajo de Albania, sería bueno, ahí se dice que el centro de la reacción mundial es el imperialismo norteamericano, ¿y el soviético?, ¿dónde quedó son dos los enemigos que se debe combatir? Siempre fueron palabras; en el propio
Hoxha fueron palabras, porque siempre dedicó más párrafos a combatir el imperialismo yanqui que el socialimperialismo.
También, dice el mismo Congreso, que nunca ha estado la humanidad más cerca de su exterminio. Repite igual que los otros, lo cual no es mera coincidencia; pero ¿qué nos propone hacer?, concretamente desenmascararlos. Esa no es la solución, el desenmascaramiento no frena una guerra mundial; la solución es desarrollar la revolución haciendo la guerra popular.
Y si uno ve todo lo que allí está dicho sobre los serios problemas económicos que tienen, a las claras se ve cuál es el camino al que Albania ha entrado; pero no ha sido Ramiz Alía, su actual dirigente, quien lo inició sino el mismo Hoxha, éste el año 78, en un discurso ante el electorado, planteó que en Albania no había clases antagónicas. Sabemos muy bien lo que esto implica pues la cuestión ha sido dilucidada perfectamente por el Presidente Mao Tsetung; y si sumamos sus arteros ataques al Presidente Mao, al desarrollo del marxismo, ¿qué es? un revisionista. Así, Albania no es socialista.
Si uno ve Vietnam, el camino que sigue es de un instrumento de la Unión Soviética que hoy clama por ayuda del imperialismo, con una economía en crisis y desecha; tanta sangre ¿para qué?. Es que ahí hubo un Ho Chi Minh, un indefinido, como se comprueba en su famoso testamento donde dice que le duele ver cómo se contiende en el seno del Movimiento Comunista Internacional, cuando el problema era de qué lado estar en la lucha entre marxismo y revisionismo y un comunista no tiene sino una solución, ponerse de lado del marxismo; Ho Chi Minh nunca lo hizo. Después vino Le Duan un podrido revisionista. De ahí la situación actual de Vietnam.
Por esto pienso que no hay países socialistas hoy. Todo lo cual hace reflexionar seriamente y entender el problema de la restauración y la contrarrestauración, no es problema de lamentación ni de jeremiadas quejumbrosas como algunos tratan de difundir; el problema es afrontar la realidad y comprenderla, y la comprendemos si tomamos la cuestión de la restauración y la contrarrestauración que el propio Lenin ya planteara y que el Presidente Mao magistralmente desarrolló. Ninguna clase nueva en la historia se asentó de una sola vez en el Poder; lo conquistó y lo perdió, lo recuperó y volvió a perderlo hasta que, en medio de grandes luchas y contiendas, lograba afirmarse en el Poder, igual cosa pasa con el proletariado, pero grandes lecciones nos han dejado, incluso en la construcción socialista, por tanto es una grandiosa experiencia.
Al fin y al cabo es el proceso de la historia y lo que debe preocuparnos es cómo prevenir la restauración del capitalismo, y toda revolución que está en marcha debe pensar, como se nos enseñara, en los largos años por delante, en los largos años por venir y estar seguros de que el proceso de desarrollo del proletariado en la conquista del Poder, en el establecimiento de la dictadura del proletariado, en su defensa y conducción de la revolución ya están definidos, que ya hay grandes hitos históricos y que, en consecuencia, la perspectiva es que la clase, sacando lecciones, va a conquistar el Poder y establecer la dictadura del proletariado en todo el orbe; y que el proletariado ya no será derrocado sino que proseguirá su camino de transformación hasta extinguir el Estado cuando nos adentremos en el comunismo.
EL DIARIO: Presidente. Con el triunfo de la revolución ¿cómo sería la relación internacional del Nuevo Estado con los gobiernos burgueses, principalmente con el Estado yanqui y con el socialimperialismo?
PRESIDENTE GONZALO: Es concreta la situación. Nosotros tenemos que acabar con la dominación del imperialismo yanqui sobre nuestro país, a su vez conjurar que se introduzca el dominio del socialimperialismo, como también conjurar que pueda introducirse el dominio de potencia alguna; eso es en síntesis.
EL DIARIO: Presidente. ¿No habría el peligro de un aislamiento total que haría peligrar el Nuevo Estado?
PRESIDENTE GONZALO: Creemos lo siguiente, tenemos que seguir un camino que nos lleve a la emancipación de la clase, que nos lleve al comunismo y ese camino nos demanda mantener nuestra independencia para plasmar los intereses del proletariado dentro de la revolución mundial. Creemos que, como es conocido, hay contiendas, contradicciones interimperialistas y ellas pueden ser utilizadas por ejemplo para la adquisición de algunos medios; como el mercado es cada vez más estrecho y hay una concreta guerra comercial, encontraremos quién nos pueda vender, claro que nos sacará la pepita del alma, le pagaremos con nuestras maldiciones como decía Lenin. Pero a su vez existen naciones oprimidas, revoluciones en marcha, existe proletariado internacional, hay pueblo en todo el orbe, Partidos Comunistas, ellos nos ayudarán y tenemos que aprender, porque por internacionalismo proletario acudirán a nuestro llamado y serán bien recibidos; ya vemos cómo se abren vínculos entre países atrasados, incluso como se utiliza el trueque. Encontraremos las formas adecuadas.
Este problema aún no lo hemos estudiado lo suficiente porque son problemas venideros, tenemos lineamientos generales pero seguimos en lo que Lenin dijo: ¿quieres saber cómo es la guerra? hazla; y tengamos inagotable confianza en el proletariado internacional, en las naciones oprimidas, en los pueblos de la Tierra; y, muy particularmente, en los comunistas, en los partidos y en las organizaciones cualquiera que fuere su grado de desarrollo, tengamos confianza en ellos y aferrándonos a nuestra ideología al marxismo-leninismo-maoísmo, saldremos adelante, aunque comencemos dando pasos de ciego, encontrando soluciones transitorias o para la circunstancia o para un momento, hasta encontrar la definitiva, pues, como nos enseñara Lenin: ninguna revolución puede ser concebida totalmente desde el comienzo y muchas veces se da pasos a ciegas, y se camina a tientas y se encuentran soluciones transitorias o para un momento, pero así se avanza.
Partimos de esto porque nuestra arma fundamental es la ideología; partimos de lo que dijo Marx: qué fácil sería entrar a la revolución teniendo la seguridad absoluta de vencer y todo el problema resuelto, fácil sería pero así no es la revolución. El problema es asumirla y llevarla adelante, cualquiera que fuera el costo, el esfuerzo que tengamos que hacer y cómo las masas crean la historia, nuestro pueblo lo hará y como hemos de armar al pueblo aplicando el armamento general que nos enseñara Marx, entonces defenderemos nuestro Estado porque nos mantendremos por la fuerza de nuestras armas, porque ningún Estado revolucionario se mantiene con la bendición del imperialismo y de la reacción; y de esa manera, con esa firmeza, con esa decisión, con esa convicción que da el marxismo-leninismo-maoísmo, el maoísmo principalmente, encontraremos caminos y nuevos caminos.
El Presidente Mao nos ha enseñado que debemos pensar de otra manera y generar nuevas formas, es una cuestión fundamental; él nos planteó en el problema económico la cuestión se reduce a esto: una línea política clara, aparatos orgánicos y un gran esfuerzo. En todos los problemas, especialmente en los no resueltos que enfrentaremos, partir de la firme convicción maoísta de que mientras haya Partidos Comunistas y masas todos los milagros serán hechos.
EL DIARIO: ¿Cómo ve el PCP el internacionalismo proletario hoy y en perspectiva?
PRESIDENTE GONZALO: Primeramente como un principio, un gran principio, reitero nuevamente, porque el proletariado es una clase internacional y los comunistas somos internacionalistas porque de otra manera no podríamos servir al comunismo. Nuestro partido siempre se ha preocupado por forjar a su militancia, a los combatientes y a las masas en el internacionalismo proletario; educarlos en el marxismo-leninismo-maoísmo, en servir a la revolución mundial y en luchar incansable e indoblegablemente porque el comunismo florezca en la Tierra.
Durante un tiempo perdimos vínculos con otros partidos; posteriormente, se han restablecido y así estamos coadyuvando a bregar por el Movimiento Comunista Internacional, de ahí que seamos miembros del Movimiento Revolucionario Internacionalista al cual consideramos un paso en la reagrupación de los auténticos comunistas. Creemos que su perspectiva es compleja, porque si complejo y difícil es formar un Partido y llevarlo adelante, cuán complejo será pugnar para que los comunistas, a través de sus diversos partidos y organizaciones, se unan. Sabemos que es una tarea ingente pero indispensable, creemos que hay quienes concurren, combaten y combatimos -diré también-, con todas las limitaciones que podamos tener, por servir a que el internacionalismo proletario nos vuelva a unir a los comunistas en el mundo y juntos bregar porque nuestra meta definitiva sea plasmada. Comprendemos que el problema es sumamente complejo y difícil pero los comunistas estamos hechos para ese tipo de tareas.
EL DIARIO: ¿Cómo analiza el PRESIDENTE GONZALO las diversas luchas que se libran hoy en las naciones oprimidas, qué de las acciones armadas en Europa y de los movimientos nacionalistas?
PRESIDENTE GONZALO: En las naciones oprimidas hay múltiples luchas, tenemos luchas en Africa, en América Latina, en Asia, una zona de tanta importancia y peso en el mundo. Asia nos debe merecer siempre especialísima atención, por el peso de la masa en la historia y por lo que nos ha enseñado el propio marxismo. Creemos que el problema de las luchas en naciones oprimidas está en la carencia o insuficiente desarrollo de los Partidos Comunistas; sí, realmente hay partidos que van a tener que cumplir con grandes aportes. Creemos, por otro lado, que la cuestión está en que no se desarrollan guerras populares. En consecuencia, pensamos en la necesidad de coadyuvar tesoneramente a que el marxismo-leninismo-maoísmo sea mando y guía de la revolución mundial, a que sobre esa base se formen y desarrollen poderosos partidos, llevando adelante guerras populares. Nos parece que ésa es la gran limitación.
Hay movimientos nacionalistas en Medio Oriente, Palestina en concreto, en Sudáfrica, etc.; pero creemos que las revoluciones, para seguir realmente la senda abierta por la nueva era que inició la Revolución de Octubre, necesitan desarrollar partidos comunistas, porque si no los hay se hacen revoluciones a medias. De éstas Africa nos da varias muestras, Argelia, por ejemplo; allí hubo lucha armada y muy dura, pero no se construyó el socialismo porque faltó partido comunista para dirigir una verdadera lucha revolucionaria. Sin partidos comunistas se desarrollan movimientos nacionalistas que buscan simplemente ser reconocidos como naciones, para pasar de colonias a semi-colonias y quedar dependiendo del imperialismo o, en otros casos, cambiar de amo. Lo hemos visto en diversos movimientos ligados a Inglaterra o Francia, por ejemplo. En otros casos se desarrollan luchas armadas para que las Naciones Unidas resuelvan y definan la situación, como en Chipre. En consecuencia, el problema no es simplemente la lucha armada, en el fondo, el problema es guerra popular, Partido Comunista y marxismo-leninismo-maoísmo; sin embargo, todos esos movimientos suman fuerzas para la lucha contra el imperialismo, pero sólo podrán servir radicalmente a barrerlo si es un Partido
Comunista con guerra popular quien los dirige. En cuanto a las acciones armadas en Europa, vemos largas luchas armadas; son expresión de una realidad objetiva, en consecuencia, la cuestión no es condenar sino comprender, estudiar, analizar y ver cómo están expresando también que en la vieja Europa hay situación revolucionaria; más aún, que hay hombres que toman las armas entendiendo que es la única forma de conquistar el Poder; esto es un duro golpe al revisionismo, porque en la propia Europa, considerada uno de sus bastiones, el revisionismo comienza a ser abandonado, cualquiera sea el grado alcanzado y los problemas pendientes, es innegable un importante avance.
En algunos se trata de cuestiones nacionales como Irlanda, en otros casos se plantean cómo hacer sus revoluciones. Creemos que estas luchas deben ser seriamente estudiadas, que el problema está en ver qué ideología tienen, qué política les guía, a qué clase sirven, cómo enfrentan el problema de las superpotencias. Creemos que nos deben merecer mucha atención, máxime cuando hay organizaciones que se plantean volver a Mao Tsetung, o que comienzan a plantearse la necesidad del Partido, o que es insuficiente la simple lucha armada. Debemos ver esto como un nuevo despertar y comprender que se pueden cometer muchos errores, al fin y al cabo quién no los comete, pero ellos mismos irán sacando lecciones de sus errores como lo están haciendo, avanzarán, cogerán el marxismo-leninismo-maoísmo y formarán sus partidos y harán sus guerras populares, según el carácter socialista de su revolución y según sus condiciones específicas.
En síntesis, es una muestra, reitero, de que en Europa también hay situación revolucionaria en desarrollo desigual, que hay hombres hastiados del podrido revisionismo y que, en condiciones tan difíciles, en las entrañas imperialistas donde la lucha es compleja, dura, toman los fusiles para cambiar el mundo, la única forma de hacerlo. Esto da más esperanza y sirve a ver cómo la tendencia principal es la revolución, y cómo Europa también se orienta hacia la revolución. Veamos incluso que, después de ser pioneros, están abriendo brecha y, al fin y al cabo, más esperanza; y más comprensión nos merecen cuando hay quienes ya se preocupan por Partido y por volver a Mao Tsetung, eso es querer volver al marxismo, a cogerlo a fondo como marxismo-leninismo-maoísmo. En Europa se libran estas luchas que tienen también limitaciones y errores, como todas; pero debemos verlas como una expresión de la marcha incontenible de la revolución, y cómo cada vez más países y pueblos, expresan tomar fusiles para derrocar el orden existente, sacan experiencia y se enrumban hacia el Partido y la ideología del proletariado, el marxismo-leninismo-maoísmo, principalmente maoísmo.
Para mí es motivo de alegría ver que en Europa comienza a abrirse paso la revolución y cualquiera que sean los encontronazos, los traspies que puedan darse, hay que tener confianza en las masas y en los pueblos; confianza en que así como en otras partes se da la revolución con las armas en la mano, siguiendo el marxismo, allí también se dará, eso debemos pensar. Insisto, deberíamos ver con dimensión histórica, ver a más largo plazo, estudiar seriamente estos movimientos y alentar todo lo que sea enrumbarse hacia el marxismo-leninismo-maoísmo, a forjar Partido y a desarrollar guerra popular.
EL DIARIO: ¿Qué opina de Nicaragua, qué de Cuba?.
PRESIDENTE GONZALO: Quisiera reiterar que en una ocasión conversaba con unos amigos sobre estos problemas. Nicaragua hizo una revolución inconclusa y su problema está en que allí no se ha destruido el Poder de toda la gran burguesía, se han centrado en antisomocismo, creo que ése es un problema. Una revolución democrática tiene que barrer las tres montañas y allí no se ha hecho; por otro lado, se desarrolla dentro de criterios cubanistas reajustados en los últimos tiempos y eso simplemente lleva a depender, en último término, de la Unión
Soviética. ¿Cómo se comprueba esto?, porque en las conversaciones entre los representantes diplomáticos de las dos superpotencias es donde se trata, se ve y se maneja la situación de Nicaragua, como la de Afganistan o la de Medio Oriente, son muy sintomáticos los pasos de marchas y contramarchas que han dado y muy coincidentes reuniones y acuerdos de las superpotencias las medidas que luego se toman en Nicaragua, en su relación con la "contra".
Nos parece que Nicaragua, como bien merece ese heroico pueblo, para seguir el camino correcto tiene que desarrollar la revolución democrática completamente y eso le va a demandar una guerra popular, tiene que romper con el bastón de mando de la Unión Soviética, asumir en sus manos su propio destino y defender su independencia de clase y esto demanda un Partido y, obviamente, sujetarse a la concepción del proletariado; de otra manera seguirá siendo ficha de ajedrez y eso es lamentable. Creemos que ese pueblo ha dado muestra de gran combatividad y su destino histórico no puede sino desarrollar la revolución como corresponde, con Partido basado en el marxismo-leninismo-maoísmo y guerra popular, y desarrollarse independientemente sin tutelaje alguno, de nadie, ni cercano ni lejano.
De Cuba sólo podría decir esto en concreto, juega un papel al servicio de la Unión Soviética: no sólo en América Latina, lo cumple en Angola por ejemplo y en otros puntos. Pasó de una mano a otra mano, de un amo a otro; proceso presentado como un "caso excepcional" por los propios cubanos. Hay que recordar bien los criterios que han planteado como guía de su lucha: que no están bien diferenciadas las clases y lo que cabe, en síntesis, es un conjunto de salvadores para redimir oprimidos, criterios que, como los cuatro siguientes, también vemos en documentos que circulan en el Perú, es el problema de no partir de la lucha de clases; "revolución socialista o caricatura de revolución", es plantear una sola revolución en las naciones oprimidas; frente único de tres clases, sin burguesía nacional; no necesidad del Partido Comunista, es poner de lado la dirección del proletariado; y, negación de la guerra popular partiendo de rechazar las bases de apoyo. Son nefastos criterios que ha difundido el cubanismo.
Cuba tiene una alta responsabilidad en América porque fue una esperanza; pero hay que recordar muy bien qué pasó el año 70, Fidel Castro dijo que había fracasado la estrategia de la lucha armada, buscando abandonarla, dejar lo que había incentivado y apoyado. Douglas Bravo le salió al frente replicando que no había fallado la estrategia sino la táctica castrista, pero también lamentablemente después Bravo se acogió a la amnistía.
Creemos que esas situaciones han generado muchos problemas en América, pero hoy día esos mismos criterios reajustados según la voz del amo socialimperialista se están difundiendo y presentándoseles como un nuevo desarrollo revolucionario que se concretaría en Nicaragua. Es una falsedad. Lo que debemos afirmar y afirmamos es que América Latina ya está madura para la guerra popular y ése es su camino. América Latina tiene un papel importante que cumplir, no olvidemos "el traspatio de Estados Unidos", según dicho del insolente imperialismo yanqui. América Latina tiene importancia también en el mundo, la cumplirá si es que coge la ideología del proletariado, el marxismo-leninismo-maoísmo, principalmente el maoísmo, si forja partidos comunistas y si lleva adelante guerras populares dentro de la revolución mundial.
Los latinoamericanos seremos a fines de siglo más de 500 millones de personas; tenemos muchas cosas que nos unen y debemos bregar juntos hasta por cercanía, lo cual no quiere decir que nos desliguemos de la revolución mundial, porque solamente cumpliremos nuestra tarea como parte de la revolución mundial; no basta con América Latina, el comunismo es para todo el Mundo o para nadie.
EL DIARIO: ¿Cuál es el aporte del Partido Comunista del Perú a la revolución mundial?
PRESIDENTE GONZALO: El principal aporte es plantear el maoísmo como nueva, tercera y superior etapa del marxismo; asumiendo servir y coadyuvar a que esta ideología se constituya en mando y guía de la revolución mundial. Cuestión derivada de esto es mostrar la validez, la perspectiva trascendental del maoísmo. También el mostrar que apoyándose principalmente en los propios esfuerzos, sin seguir bastón de mando de superpotencia ni potencia imperialista alguna, es posible hacer la revolución, y, más aún, es necesario hacerla así; y demostrar la potencialidad de la guerra popular que se expresa pese a todas nuestras limitaciones. Y si cabe, ser como algunos dicen una esperanza, lo cual implica responsabilidad y ser una antorcha para la revolución mundial, un ejemplo que puede servir a otros comunistas. De esta manera estamos sirviendo a la revolución mundial.
OTROS PUNTOS
EL DIARIO: Presidente, hemos llegado al fin de esta entrevista, más de 12 horas conversando con Ud., ahora quisiéramos hablar sobre su persona, sobre el Dr. Abimael Guzmán Reinoso. ¿Hubo alguien entre su familia o amigos que influyó a desarrollar su vocación y capacidad política?
PRESIDENTE GONZALO: Yo diría que lo que ha ido forjando en mí el enrumbarme ha sido la lucha del pueblo. He podido ver la combatividad del pueblo en Arequipa en el levantamiento del 50, cómo la masa ante un atropello bárbaro de asesinar jóvenes responde con furia incontenible, cómo se han batido contra el ejército y lo han hecho replegarse a sus cuarteles, teniendo que traer fuerzas de otras partes para poder aplastarlos. Es un hecho que podría decir, lo tengo bastante grabado. Porque ahí, después de entender a Lenin, comprendí cómo el pueblo, la clase, cuando toma las calles y marcha hace temblar a la reacción pese a todo su poder. Otro hecho, las luchas del 56, el pueblo combatió, otros traficaron, bueno eso es lo que hacen la reacción y los oportunistas; pero el pueblo combatió e impuso condiciones y hubo movimientos masivos, con fuerza. Esos hechos, por ejemplo, han servido para hacerme entender el poder de las masas, que ellas hacen la historia.
También he tenido ocasión, retrotrayendo, de vivir el levantamiento del 48 en el Callao, ver con mis propios ojos la bravura y cómo el pueblo derrocha heroicidad y cómo trafican los dirigentes. Y remontando más en recuerdos, creo que la II Guerra Mundial me ha marcado profundamente, sí, recuerdo como en sueños, si cabe, no muy claramente, cuando se inició la guerra en setiembre de 1939, el alboroto y las noticias de los antiguos radios, recuerdo los bombardeos, las grandes noticias, recuerdo también el término de la guerra y cómo fue celebrada, entonces un gran pitar de barcos, de bocinas, un gran alboroto, una alegría por el final de la II Guerra Mundial.
Tuve ocasión de ver en los periódicos a los llamados cinco grandes, al camarada Stalin entre ellos, por eso diría que estos hechos han ido marcándome, e imprimiéndome la idea del poder, de las masas y de la capacidad transformadora de la guerra; de una forma elemental, confusa, pero son huellas que a uno le van modelando. Creo que como todo comunista soy hijo de la lucha de clases y del Partido.
EL DIARIO: ¿A qué edad abraza el marxismo?. ¿Fue esto en su etapa escolar o universitaria?
PRESIDENTE GONZALO: Mi interés por la política comienza a desenvolverse en la parte final de la secundaria, a raíz de los hechos del 50; de los siguientes años, recuerdo que junto con otros compañeros formamos un círculo para estudiar las ideas políticas, teníamos un gran afán para estudiar todas las ideas políticas, ¿se imaginan en qué momento estaba?; ahí comencé. Ya en la universidad, la propia lucha universitaria, he vivido grandes huelgas, enfrentamientos entre apristas y comunistas y debates. Así fue despertándose mi deseo de conocer libros, alguien tuvo a bien prestarme uno, creo que fue "Un paso adelante, dos pasos atrás", me gustó; de ahí ya comencé a estudiar libros marxistas. Luego ha marcado en mí bastante la figura del camarada Stalin; por entonces, las personas que se acercaban al comunismo y que lograban la militancia nos formábamos en "Cuestiones del leninismo", era libro de cabecera, lo estudié como corresponde, seriamente, dada su importancia. Me interesó la vida de Stalin, era para nosotros un ejemplo de la revolución. Tuve problemas para ingresar al Partido Comunista, había un criterio absurdo: para militar había que ser hijo de obrero, y yo no lo era; pero otros tenían otro criterio y así pude ingresar al Partido. He participado en la defensa de Stalin, quitárnoslo entonces era como quitarnos el alma; en esa época se difundía más las obras de Stalin que las de Lenin, así eran esos tiempos.
Luego mi viaje a Ayacucho por razones de trabajo y por un tiempo corto a mi entender, un tiempo corto que duró años, pensaba que iba a ser un año, porque así estaban las circunstancias, pero uno se propone y la clase dispone, la masa y el pueblo hace de uno muchas cosas. Ayacucho me sirvió para descubrir al campesinado; entonces Ayacucho era un pueblo muy pequeño, mayormente campo, si uno va a las barriadas, incluso hoy, hay campesinos y si uno sale un cuarto de hora ya está en el campo. Ahí también empecé a entender al Presidente Mao Tsetung, avancé en comprender el marxismo; la contienda entre marxismo y revisionismo ha tenido mucha importancia en mi formación.
Alguien tuvo la mala suerte de prestarme la famosa Carta China, la "Proposición acerca de la línea general del Movimiento Comunista Internacional", me la prestó con la obligación de devolvérsela, obviamente el hurto era comprensible. La carta me llevó a adentrarme en la gran lucha entre marxismo y revisionismo.
Me aboqué a trabajar en el Partido y barrer el revisionismo; creo que junto con otros camaradas lo logramos, dejamos uno o dos para remedio como dicen, eran ya invariablemente revisionistas. Ayacucho ha tenido para mí trascendental importancia, tiene que ver con el camino de la revolución y lo que el Presidente Mao enseña. Así me fui haciendo marxista y el Partido me fue modelando con temple, con paciencia creo.
EL DIARIO: Se conoce que Ud. estuvo en China ¿Conoció al Presidente Mao?
PRESIDENTE GONZALO: No tuve esa gran suerte, solamente pude verlo de lejos; pero vi lo que es el reconocimiento y cariño profundo de un pueblo a un gran jefe, extraordinario marxista, a una cumbre del marxismo. No tuve la suerte de conocerlo, repito; la delegación en la que me cupo estar cometió muchos errores y necias petulancias, creo que eso determinó que no se nos confiera ese privilegio.
Si he estado en China. En China tuve la posibilidad, que yo deseara para muchos, de estar en una Escuela donde se enseñaba primero política, desde cuestiones internacionales hasta filosofía marxista, eran magistrales lecciones dadas por revolucionarios probados y altamente competentes, grandes maestros. Entre ellos podría recordar al maestro que nos enseñó trabajo abierto y secreto, un hombre que toda su vida la había dedicado al Partido, absolutamente a él, de muchos años, un ejemplo vivo, extraordinario maestro; él nos enseñó
muchas cosas, quiso enseñarnos más pero algunos no quisieron, en fin, de todo hay en la vida. Luego nos enseñaban cuestiones militares, pero también se comenzaba por política, la guerra popular, luego construcción de las fuerzas armadas y estrategia y táctica; y la parte práctica correspondiente emboscadas, asaltos, desplazamientos, así como preparar artefactos de demolición. Cuando manejábamos elementos químicos muy delicados, nos recomendaban tener la ideología presente siempre y que ésta nos haría capaces de hacer todo y hacerlo bien; y aprendimos a hacer nuestras primeras cargas para demoler. Para mí es ejemplo y recuerdo imborrable, una gran lección; y un gran paso en mi formación, el haberme formado en la más alta Escuela de marxismo que ha tenido la Tierra.
Bueno, si quieren una anécdota, aquí tienen una: cuando terminábamos el curso de explosivos, nos dijeron que todo se podía explosionar; entonces, en la parte final cogíamos el lapicero reventaba, nos sentábamos también reventaba, era una especie de cohetería general, eran cosas perfectamente medidas para hacernos ver que todo podía ser volado si uno se ingeniaba para hacerlo. Muchas veces preguntábamos ¿cómo hacemos esto? ¿cómo hacemos lo otro?; nos respondían, no se preocupen, no se preocupen, ya han aprendido suficiente, piensen que todo lo hacen las masas y ellas tienen un ingenio inagotable, lo que les hemos enseñado las masas lo harán y les volverán a enseñar; así nos decían. Esa Escuela ha servido bastante a mi formación y para comenzar a valorar al Presidente Mao Tsetung.
Luego estudié un poco más, he buscado aplicar, y creo que me falta aprender mucho del Presidente Mao Tsetung, del maoísmo, como de su propia acción. No es pretender compararse, es simplemente tomar grandes cumbres como rumbos para nuestros objetivos. Mi estadía en China ha sido una experiencia imborrable. También he estado en otra ocasión, cuando la Gran Revolución Cultural Proletaria comenzaba, solicitamos se nos explicara el Pensamiento Mao Tsetung, según entonces se decía; nos han enseñado nuevamente y eso me ayudó a comprender más o un poco más, mejor diría. Hay una cosa que parece irónica, he comenzado a apreciar y valorar a Mariátegui al entender al Presidente Mao Tsetung; como él nos exige aplicar con creatividad, volví a estudiar a Mariátegui y comprendí que teníamos un marxista-leninista de primera línea, había analizado a fondo nuestra sociedad. Parece irónico, pero es verdad.
EL DIARIO: ¿Qué se siente ser el hombre más buscado por las fuerzas represivas de este gobierno?
PRESIDENTE GONZALO: Que uno está cumpliendo una responsabilidad y que se esfuerza por cumplir su tarea; el resto es tener más responsabilidad con la revolución, el Partido, el marxismo-leninismo-maoísmo, con la clase, el pueblo y las masas. Y pensar siempre que la vida la llevamos en la punta de los dedos, sino no podríamos ser comunistas. En consecuencia, tendrán sus razones; las mías son las que el Partido establece, a ellas espero ser cada vez más fiel y más útil, pues, la vida se queda enredada en cualquier vericueto del camino, además tiene comienzo y tiene fin, tiempo más, tiempo menos.
EL DIARIO: ¿Tiene Ud. algún tipo de temor?
PRESIDENTE GONZALO: ¿Temor?. Creo que es una contradicción, temer y no temer; el problema es tomar la ideología y potenciar en nosotros el valor, es la ideología la que nos hace valientes, la que nos da valor. A mi juicio, nadie nace valiente, es la sociedad, la lucha de clases las que hacen valientes a los hombres y a los comunistas, la lucha de clases, el proletariado, el Partido y la ideología. ¿Cuál podría ser el máximo temor?, ¿morir?; como materialista creo que la vida termina algún día, lo que prima en mí es ser optimista, con la convicción de que la labor
a la cual sirvo otros la han de proseguir la llevarán hasta el cumplimiento de nuestras tareas definitivas, el comunismo. Porque el temor que podría tener sería el que no se prosiguiera, pero ese temor se disuelve cuando uno confía en las masas. El peor temor, al fin y al cabo, es no confiar en las masas, es creerse indispensable, centro del mundo, creo que eso es, y si uno es formado por el Partido con la ideología del proletariado, con el maoísmo principalmente, comprende que las masas hacen la historia, que el Partido hace la revolución, que la marcha de la historia está definida, que la revolución es la tendencia principal, se le esfuma el temor y solamente le queda la satisfacción de ser argamasa y, junto a otras argamasas, servir a poner cimientos para que algún día brille el comunismo e ilumine toda la Tierra.
EL DIARIO: ¿Qué hace el PRESIDENTE GONZALO cuando deja la política y la guerra?. ¿Qué libros lee?
PRESIDENTE GONZALO: Muchas veces no tengo tiempo para leer lo que quisiera. ¿Qué me gusta leer?. Biografías leo bastante; la literatura me parece una gran expresión del arte, por ejemplo me gusta leer a Shakespeare, sí, y estudiarlo, estudiándolo se encuentran problemas políticos, bien claras lecciones en "Julio César", por ejemplo, en "Macbeth". Me gusta la literatura, pero siempre me gana la política y me lleva a buscar el sentido político, qué hay en el fondo, al fin y al cabo tras todo gran artista hay un político, hay un hombre de su tiempo que contiende en la lucha de clases. Novelas peruanas también he leído, a veces releo.
Una vez leí una pequeña obra de Tomás Mann sobre Moisés luego la utilizamos para la interpretación política de la lucha que entonces teníamos. Una parte de esa obra dice se puede quebrantar la ley, pero no negarla; ¿Cómo interpreté?, así: quebrantar la ley es chocar con el marxismo, desviarse, tener ideas erróneas, eso es permisible, pero no se puede consentir negar el marxismo. Creo que muchas cosas se aprenden.
He leído "El mundo es ancho y ajeno", "Todas las sangres", y las he estudiado también. Me gusta la literatura; la música, antes me gustaba más, ahora menos. ¿Qué otras aficiones? libros de ciencia.
Me gusta la ciencia, en mis tiempos iniciales, universitarios, me matriculé en abogacía porque debía tener una profesión, pero me gustaba la filosofía y me aboqué a ella y en la filosofía descubrí la ciencia, me dediqué bastante a estudiar cuestiones de matemáticas, de física; la física me parece una ciencia extraordinaria, bien puesto está cuando se dice que es "aventura del pensamiento". El problema de la ciencia está en que los científicos, cuyo punto de partida es materialista, son buenos mientras se mantienen dentro de la ciencia, pero cuando quieren ir hacia la filosofía u otros terrenos, si no son materialistas desbarran en idealismo, hasta a Einstein le ha pasado eso.
Me gusta la ciencia, me parece una cosa extraordinaria; esta afición por la ciencia se puede ver en la tesis que hice para el bachillerato en filosofía, es un análisis del tiempo y el espacio en Kant desde el punto de vista del marxismo, utilizando la matemática y la física, me gustaría volver a leerla, porque no hay tiempo ahora para volver a estudiar todo eso, pero no tengo ni un ejemplar.
EL DIARIO: ¿Le gusta también la poesía?
PRESIDENTE GONZALO: Sí, en un tiempo he recorrido la poesía mundial en una antología; y la he estudiado, había en la biblioteca de la universidad unas obras que lo permitieron. Me gusta la poesía, es una de las cosas que también admiro en el Presidente Mao quien era un extraordinario poeta. Sobre la poesía peruana, para mí, Vallejo; sí es nuestro, además él era comunista.
EL DIARIO: Algunos dicen que sus discursos: La Bandera e ILA 80, son hermosos poemas políticos de guerra. ¿Qué dice de esto Presidente?
PRESIDENTE GONZALO: Yo diría a veces en la política hay que soltar el alma para que la pasión, el profundo sentimiento, impulse nuestra voluntad; en esas circunstancias habla el corazón como se dice, creo que sale la pasión revolucionaria que es indispensable para la guerra. Qué valor tengan literariamente no podría precisarlo.
EL DIARIO: ¿Alguna vez Ud. se deprime?
PRESIDENTE GONZALO: No. creo que tengo optimismo casi orgánico; y, me muevo más en problemas de comprensión y voluntad, que en problemas de sentimientos y depresión. Al contrario, creo que soy bastante optimista, es el marxismo; el Presidente Mao quien nos ha hecho entender que los hombres, los comunistas en especial somos optimistas. Siempre que me encuentro en momentos difíciles, me esfuerzo por encontrar qué hay de positivo, o qué es lo poquísimo, incluso, que puede tener un momento para desarrollarse; porque nunca todo puede ser negro, ni todo puede ser rojo. Incluso si hubiera, aunque no hayamos tenido hasta hoy una gran derrota, siempre habría una parte buena; el problema está en sacar la lección y sobre eso bueno seguir trabajando; siempre encontrarás quien apoye, quien dé calor intenso, ayudando en el combate porque el comunismo une.
EL DIARIO: ¿Tiene amigos?
PRESIDENTE GONZALO: No tengo; camaradas sí, y estoy muy orgulloso de tener los camaradas que tengo.
EL DIARIO: Presidente hemos llegado al fin de esta entrevista.
PRESIDENTE GONZALO: Hemos trabajado bastante y les agradezco profundamente sus esfuerzos, las peripecies que han tenido que pasar para poder reunirnos y ofrecer esta primera entrevista, entrevista que puede ser llevada al pueblo por un periódico como EL DIARIO que brega tenazmente por servir al pueblo. Muchas gracias.
EL DIARIO: Gracias a Ud. Presidente.
Julio 1998
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