8/12/2024
Para conocer el rol que debería jugar los servicios de inteligencia en la lucha contra el crimen organizado al ser una amenaza a la seguridad nacional, y en los retos a los que se enfrentan, es preciso definir quien es el enemigo y cuáles son sus objetivos.
La cadena de ataques y atentados de diversa índole y modalidad cada vez mucho más violento que diariamente vienen perpetrando las redes de la delincuencia y el crimen organizado en todo el país, aprovechando para sus contactos las nuevas tecnologías de la comunicación y especialmente internet, están generando terror en la población al ser víctima de sus operaciones. Estamos ante un fenómeno que va a ser duradero por falta de una respuesta adecuada del Estado al constituir un desafío en toda regla sin restricciones.
De acuerdo con las reglas de la experiencia en el campo de la inteligencia y su reverso la contrainteligencia, esta segunda ola de violencia que produce la inseguridad ciudadana de hoy, es mucho más letal e intenso de la primera que provino de las redes terroristas en los ochenta y noventa. Es preciso por lo tanto analizar esta nueva modalidad de amenazar inmensa en la modemidad cuyos objetivos son: dinero, control territorial y poder político. Ello, para saber a qué hemos de enfrentamos.
Un primer examen situacional pone de relieve algo que por otra parte resulta obvio parta cualquier observador, y es la gran diferencia que existe entre los actores del enfrentamiento. De un lado, las redes de la delincuencia y el crimen organizado; y de otra parte, el Estado y en ningún ámbito aparece más patente la diferencia que en el relativo al empleo de la violencia para los primeros y de la fuerza por los segundos.
Para los primeros el uso de la violencia es el principal instrumento que emplea dichas redes a la hora de operar contra los blancos elegidos como objetivos de ataque dentro de la población que la tienen aterrorizada.
Muy diferente es la actuación del Estado en lo que el uso de la fuerza se refiere, pues la propia naturaleza de la lucha contra las organizaciones criminales hace ineficaz el uso convencional de la fuerza como recursos para enfrentarlas.
De todo ello se deduce la importancia de saber aplicar el principio doctrinario de combinación a través del empleo medido de la fuerza, allí donde ésta es necesaria,
con otras variadas formas de actuación requiriéndose el apoyo de la población implementando una contrainteligencia social comunitaria una de las más importantes medidas, porque orienta a los restantes, es la inteligencia junto con las acciones de contrainteligencia si estas son esenciales e importantes en toda situación, más aún lo son en el caso que nos ocupa.
Las razones son varias: nos enfrentamos a una amenaza muy compleja que materializa el enfrentamiento en términos diferentes utilizando procedimientos contra los que resulta dificil encontrar una respuesta eficaz en términos tradicionales.
Esta es una dura prueba que evidencia la estrategia de seguridad del Estado frente a esta amenaza, debe ser revisada y mejorada notablemente. La actual deviene inoperante se hace acciones tácticas, sin una estrategia global.
Se requiere de una estrategia con nuevos métodos y procedimientos de contrainteligencia para hacer frente a las amenazas que se vienen dando en todo el territorio nacional.
Todo ello se traduce en la urgente y prioritaria necesidad de cometer cambios estructurales en los servicios de inteligencia y su ente rector la DINI, como a una mayor coordinación entre todos ellos hoy vemos que la Comunidad de Inteligencia peruana está fragmentada, vagamente dirigida y pobremente coordinada por la DINI.
Por esta razón, ante la presencia de dichas amenazas en el escenario nacional obligara a replantear la misión, estructura, objetivo y recursos empleados en el actual sistema de Inteligencia Nacional.
El nuevo modelo de inteligencia y la implementación de un eficaz sistema de contrainteligencia (SICON) para combatir esta clase de amenaza atípica debe configurarse en tres grandes parámetros.
En primer lugar, hacer una inteligencia y su reverso la contrainteligencia mucho más fluidas e intensas, para adaptarse mejor a las necesidades que derivan en un cambio de ritmo.
Por otra parte, ambas actividades del Sistema de Inteligencia Nacional (SINA) se deben de volver mucho más operativos teniéndose en cuenta que son los enemigos los que han impuesto el ritmo.
Estamos ante una amenaza que hace necesario adaptar las capacidades y herramientas que dispone el Estado para lograr su desactivación.
Por último, hay que saber combinar el trabajo estratégico de la inteligencia con el "día a día" en el Estado.
La DINI es el único servicio de inteligencia de carácter nacional y tiene la responsabilidad de proporcionar al gobierno las informaciones, análisis, estudios o propuestas que permitirán prevenir y evitar cualquier peligro, amenaza o agresión contra el Perú, los intereses nacionales y la estabilidad del Estado de Derecho.
Se debe adaptar todo el SINA a la nueva amenaza procediendo a una serie de reformas en los órganos de inteligencias, orientadas sobre todo a establecer de manera reglamentada y fluida las labores de coordinación
Por: Vladimiro Montesinos Torres
Editado por: pegaso125
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